Qué bonito es que llegue el invierno, la lluvia, la nieve y el frío polar para quedarse en casa acurrucaditos en el sofá, calentitos, viendo pelis, comiendo pipas, y pidiendo pizzas a domicilio para no tener ni que cocinar. ¡Es ideaaaaaaal! ¿A que sí?
Si has contestado que sí, no hace falta que sigas leyendo.
Porque a mí, que estoy sola y no tengo a nadie con quien compartir sofá, el invierno me deprime, me arruina y me engorda. Será mejor que me explique mejor...
1) Me deprime porque como nadie sale, me quedo en casa y no dejo de tragarme una comedia romántica tras otra, que me encantan, pero me quedo hecha polvo cuando me doy cuenta que yo no soy la protagonista de esa historia de amor con final feliz y me entran unos ataques de ira, que me gustaría pegarles a todos por ser tan felices y luego entro en fase "qué desgraciada soy" y lloro como una tonta hasta que me quedo dormida. Y así sucesivamente toooodos los fines de semana, hasta que llega la primavera y alguien se digna a salir de la madriguera.
2) Me sale carísimo porque gasto mucho en pañuelos de papel, en antidepresivos y en videoclub, pero además, al no tener un hombre que me dé calor humano, he de poner la calefacción súper alta y me llegan unas facturas de la luz paranormales, como si todos los vecinos de la finca se hubiesen enganchado a mi contador.
3) Y que el invierno engorda, está clarísimo. Si las parejitas cogen algún kilito, imagínate las que estamos solas... A mi en invierno lo de hacer deporte, como que no, ni en el gimnasio ni mucho menos al aire libre. Sólo quiero ver pelis, llorar, dormir y, sobre todo, COMER. Me encanta comer todo tipo de guarradas mientras veo mis peliculones de cortarse las venas y mis series favoritas. Cada semana cargo de chocolatinas y una gran variedad de snacks para amenizar mis veladas y, como odio cocinar, el resto de mi alimentación "equilibrada" se basa en comida precocinada y congelada.
Como veis, el invierno perjudica gravemente mi salud...
No hay comentarios:
Publicar un comentario