Creo que ha llegado el momento de que mis padres sepan que salgo con Kike porque la relación va viento en popa y estamos genial. Y además me gustaría irme de viaje con él y mis padres han de saber con quién estoy antes de que se enteren por Facebook o Instagram...
Me apetece un montón hacer una escapada romántica con Kike, donde sea, por ejemplo a alguna isla con playas paradisíacas donde estar los dos solos bajo el sol, bebiendo Daikiris y bañándonos en el mar. Me encanta el mar, me bañaría a todas horas, sobre todo por la noche que es más romántico todavía. Podría ir reservando unos billetes de avión y buscar un hotelito con encanto.
Le estoy dando muchas vueltas a si decírselo o no a mis padres. Yo ya estaba decidida, pero esta mañana almorzando con una compañera de trabajo, Susana, que es muy maja y experimentada, ya que lleva casada la friolera de 15 años, me ha dicho que ni se me ocurriese decirles nada todavía porque nos estamos conociendo, que es muy pronto para dar ese paso. Según ella, a los tíos no hay que agobiarlos porque a la mínima se sienten presionados y desaparecen, que se ahogan en un vaso de agua. Pero mi Kike no es así. Nos escribimos o hablamos varias veces al día, hacemos cosas juntos, me cuida cuando estoy mal. Me quiere, Kike me quiere y tengo ganas de gritarlo bien fuerte.
Si por mi fuera, ya comeríamos paella juntos todos los domingos. Me muero de ganas de que se conozcan. Yo creo que se van a caer genial. Mis padres tienen ganas de que tenga pareja y a Kike se le ve el yerno perfecto. Les va a encantar y además se van a alegrar un montón de que ya no esté sola y amargada. Mi madre desde que me dejó mi ex-novio ha intentado emparejarme con todos los hijos solteros de sus amigas pero no funcionó...
Bueno, pues ya está, lo tengo decidido. Esta noche mismo hablo con mis padres y se lo digo. Y quizás el domingo que viene podemos ir a comer una paella con ellos para que se conozcan. ¡Me hace tanta ilusión!
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