lunes, 22 de junio de 2015

Un ligue inesperado

El sábado pasado me sacaron de fiesta unos amigos dispuestos a animarme y la verdad es que lo consiguieron. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien. No hay nada mejor para superar una crisis que irte de fiesta loca por los pubs más petardos de la ciudad. 

Como estoy en huelga de ligues, les pedí salir de fiesta por los pubs y discotecas de ambiente para así tener el radar desconectado y no buscar a ningún candidato. Pensé que me sentaría genial rodearme de gays y lesbianas con los que no tendría ninguna posibilidad. Como mucho se me acercaría alguna mujer a la que sonreiría de forma amable y ya está. Allí estaba yo tan a gusto bailando en el podium de una discoteca a las tantas de la madrugada, cuando un tío se subió y empezó a bailar conmigo. Era un tío impresionante: alto, fibrado y guapísimo, de estos de revista, y yo, pues le seguía la corriente pensando que estaba fuera de peligro. Pero de repente, mientras sonaba el último hit de las Nancys Rubias, se abalanzó sobre mí con la intención de besarme. Pero lo más extraordinario de todo fue mi reacción. Yo, Patty, la mujer más desesperada del mundo por tener pareja u porque un tío se fije en mí, una milésima antes de que nuestros labios se tocaran...¡le hice la cobra! Me aparté, le negué el beso al chico más atractivo y hetero (seguramente el único) de la discoteca. 

Yo no suelo ir a estos pubs pero mis amigos me dijeron que es algo rarísimo que debe ocurrir cada 5000 millones de años aproximadamente: que una tía ligue con un tío en un pub de ambiente. 

¿Estoy o no estoy cambiando? Esto no es propio de mí. Le dije "lo siento, me están esperando" y me fui, volví con mis amigos, que estaban boquiabiertos y sin reaccionar a lo que acababan de ver. Lo único que se me ocurrió decirles a mis amigos fue: "Esto no es lo que busco, no quiero besar a un tío con el que ni si quiera sé si tiene tema de conversación". Y mi amigo Luis me dijo "¿Para qué quieres conversación? Nena, es el tío más sexy del local, ¡ves a por él!".

Pero no lo hice, le dejé ir. Parece ser que no me vale cualquiera, por más que se parezca a Pablo Alborán. ¿Debo de estar madurando?, ¿O es que tras el trauma de Kike me he vuelto medio gilipollas? De verdad que mis amigos aún no dan crédito pero yo creo que hice lo correcto...igual no era para tanto... Mi psicólogo se va a sentir super orgulloso de mí. ¿Qué me está pasando? ¿Estaré dejando de necesitar a los hombres? ¡¡Oh, my God!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario